Una de mis pasiones es el mundo del ferrocarril. Intento evocar e investigar su pasado y cuando puedo disfruto de su presente. Mi madre es natural de Peñarroya y los veranos de mi infancia transcurrieron por sus calles y campos, a la sombra de las ruinas de la Sociedad Minero Metalúrgica de Peñarroya y cautivado por su mitología.

sábado, 14 de enero de 2017

Oda al Antolín

A continuación doy difusión a un hermoso y nostálgico poema publicado por Ricardo F. Murillo en una conocida red social, hace unos días. Lo encontró entre sus papeles y fotos antiguas. Y está dedicado a la mina Antolín y más concretamente a su desaparecido castillete metálico.


La mina Antolín fue una de las explotaciones de carbón de hulla más importantes del Valle del Guadiato. Como comenté en una de mis anteriores artículos, dicho castillete midió 30 metros de altura. El complejo ocupó 42500 m2 y contaba con taller de cribado, lavadero, balsas de decantación, edificio de lampistería, oficina de capataces mineros, sala de obreros, sala de petacas y materias inflamables, talleres mecánicos, edificios para oficinas técnicas y administrativas, básculas para pesaje de vagones y camiones, laboratorio químico y enfermería. Todo un complejo minero que hubiese dado lugar a un museo de primer nivel a escala nacional y europea. Pero cuya oportunidad se perdió, simbolizada por el derribo y desguace de su castillete.

(www.mtiblog.com)

(www.mtiblog.com)

Según indica Francisco J. Aute en sus comentarios en la misma red social, el castillete sobrevivió algunos años al cese de la explotación minera, con el fin de dar servicio a otras minas que continuaron funcionando en las proximidades. La razón fue el tremendo entramado de túneles y vías ferroviarias que existió en las entrañas de esta zona del Valle del Guadiato y que conectó distintas explotaciones. Mediante el castillete del Antolín se extraían carbones hasta su lavadero y se introducían materiales y utillajes necesarios para la explotación. Pero, posiblemente antes de 1959, esta hermosa estructura de acero fue desguazada por Hierros Solana, castrándose así cualquier opción de futuro cultural y turística. Hoy día muchos lo calificaríamos y denunciaríamos como un crimen patrimonial. Pero hay que admitir que en aquella España culturalmente atrasada esas actuaciones eran admitidas como cosas normales.

Vista aérea del complejo en 1956-1957 (mapadebolsillo.com)

Lo que queda

Apunta también Francisco J. Aute a que “El Degollao” fue una persona bastante conocida en la barriada del Cerro de Peñarroya-Pueblonuevo, por aquél entonces. Cree que perteneció a una familia de mineros y es posible que el apodo hiciese referencia a toda la familia.


Gracias a Ricardo F. Murillo por compartir este documento y permitirme publicarlo. Y a Francisco J. Aute por sus comentarios y aportaciones históricas e intrahistóricas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario