Una de mis pasiones es el mundo del ferrocarril. Intento evocar e investigar su pasado y cuando puedo disfruto de su presente. Mi madre es natural de Peñarroya y los veranos de mi infancia transcurrieron por sus calles y campos, a la sombra de las ruinas de la Sociedad Minero Metalúrgica de Peñarroya y cautivado por su mitología.

domingo, 19 de noviembre de 2017

Obras de restauración en la iglesia de Almorchón

Dos recientes noticias, una a nivel nacional y otras más humilde, me empujan a rescatar del olvido un histórico asentamiento humano vinculado íntimamente al ferrocarril. Me refiero al poblado ferroviario de Almorchón, estación que hace 150 años sirvió de origen para el ramal que unió el ferrocarril Madrid-Ciudad Real-Badajoz con la cuenca carbonífera de Belmez.



Almorchón en torno a 1915 (www.mapadebolsillo.com).

Fotografía aérea de Almorchón en 1956-1957 (www.mapadebolsillo.com).

La noticia a nivel nacional tuvo lugar en el día de ayer. Un buen número de ciudadanos se manifestaron en el centro de la capital de España para reclamar un servicio ferroviario digno para la Comunidad Autónoma de Extremadura. Averías en trenes y vías, retrasos, largos tiempos de viajes y otras cuestiones que radican en la baja calidad del servicio ferroviario, han acabado colmando la paciencia de los ciudadanos. Sobre este tema se puede hablar mucho y tener diferentes puntos de vista. Pero de momento me hago eco de la reivindicación ciudadana y la aplaudo.





Por Almorchón continúan pasando trenes. Pero el bajo tráfico ferroviario, comparado con épocas pasadas, provocó  la decadencia demográfica de su barrio ferroviario. No obstante aún existe un mínimo grupo de vecinos que lucha por la supervivencia y puesta en valor de este fenómeno urbano dentro del término municipal de Cabeza del Buey.

El nacimiento del barrio ferroviario de Almorchón data de 1865, con la construcción del tramo entre Veredas y Almorchón, de la línea de Ciudad Real a Badajoz. Pero su potente crecimiento arrancó con la inauguración del mencionado ramal hasta Belmez. A comienzos de la década de los años 80 del siglo XIX se construyeron la escuela, iglesia, centro médico y economato. Edificios que proporcionarían los servicios fundamentales para la articulación y desarrollo del núcleo de población.
El desarrollo definitivo del barrio se alcanzó en la década de los años 20 del siglo pasado. Pero la progresiva decadencia y desgracia del ferrocarril en España, durante la segunda mitad de la mencionada centuria, marcó el abandono de este tipo de áreas residenciales.




Pero como decía Santiago Ramón y Cajal, no hay cuestiones pequeñas. Las que lo parecen son cuestiones grandes poco entendidas. Y al respecto, la segunda y humilde noticia a la que hice referencia antes, difundida en Facebook, da fe del comienzo de las obras para la restauración del tejado de la Iglesia de Almorchón. Financiados por el ente público Adif, los trabajos son fruto de las gestiones llevadas a cabo por el Ayuntamiento de Cabeza del Buey y la Asociación de Vecinos de Almorchón. Aunque pueda parecer un pequeño acuerdo de acción, en un país como España no lo es tanto. Lograr una coordinación entre entes políticos y ciudadanos, para un buen fin como es la supervivencia del patrimonio histórico, es digno de aplauso. Y que la iglesia de este barrio no acabe en ruinas es un paso necesario para su supervivencia y futuro. 








El barrio ferroviario de Almorchón nos habla de lo que fue el desarrollo económico e industrial de España desde el siglo XIX hasta el presente. Sus esplendores y decadencias, protagonistas, aciertos y errores.... de nuestra historia.  

Os invito a conocer las actividades de la Asociación de Vecinos de Almorchón a través de su perfil en la red social Facebook.


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