Afortunadamente, los únicos trenes
militares que conocí no estaban blindados ni portaban pesadas piezas de
artillerías, dispuestas a escupir proyectiles sobre poblaciones. Tampoco
circulaban en años de guerra ni transportaban cuerpos destrozados.
Como he comentado otras veces, en la
época en que realizaba mis andanzas por la estación de RENFE de Peñarroya,
además de los trenes que transportaban carbón entre El Porvenir y
Alhondiguilla, de vez en cuando circulaban trenes destinados al transporte
militar. Su función era movilizar tropas y carros blindados que tenían su
acuartelamiento en Cerro Muriano. Como por aquel entonces, el tramo de acceso a
Córdoba había sido vilmente desmantelado, los convoyes circulaban hasta Almorchón,
para desde allí desplazarse hasta el lugar donde se realizasen las maniobras
del Euroejército.
El que creo que ha sido el mejor
viaje en tren que he hecho en mi vida, o uno de los mejores, lo realicé en la
cabina de una locomotora 319. Salimos de Peñarroya en doble tracción sin
vagones hacia Almorchón. En la mayor parte del trayecto circulamos a 20 km/h
debido al pésimo estado de la vía. Tardamos unas dos horas y media en llegar a
Almorchón. Esta circunstancia hizo que el viaje, para mi, fuese todavía más
delicioso. Una vez en Almorchón, dejamos las dos locomotoras que serían trasladadas
hasta su depósito en Granada, para pasar sus correspondientes revisiones. Nos
cambiamos a otra que encabezaría un tren destinado al transporte militar,
compuesto por cuatro coches de viajeros y una serie de plataformas para el
transporte de tanquetas. La jornada terminó con la vuelta a Peñarroya. El tren
continuó hasta Cerro Muriano, con relevo de maquinista, pero ya me tocaba coger
mi bicicleta y volver a casa de mis abuelos.
Al día siguiente, llegué a la
estación de Peñarroya justo a tiempo para ver pasar el tren militar, ya cargado
y remolcado por una locomotora 333. Unos años después, supe que los oficiales
se negaban a montar en Cerro Muriano, por la poca confianza que les daba el
estado de la vía. Los coches circulaban vacíos hasta Almorchón, donde les
esperaba la tropa, que había viajado hasta allí en autobús. Poco después, tras
varios descarrilamientos en los que vehículos blindados acabaron rodando monte
abajo, el ejército dejó de contratar estos trenes y empezó a trasladar sus
medios y hombres por carretera hasta Córdoba.
Siempre me he preguntado si tan difícil
y costoso hubiese sido mantener esta línea en un estado decente de
conservación. Más aún, en el país de los derroches, pelotazos, obras
faraónicas, alta velocidad y aeropuertos sin aviones. Creo que el bienestar pasa por
mantener y cuidar lo que se tiene, y no estar obsesionados por ser quienes no
somos. En fin, esto es sólo una opinión personal.
Hola Antonio Manuel:
ResponderEliminarHe visto el blog "Los trenes de Peñarroya" y lo he encontrado muy interesante.
Ayer tuve la suerte de viajar en el tren especial Almorchón-Alhondiguilla desplazándome desde Madrid y vi la gran cantidad de explanaciones de trazados ferroviarios desaparecidos y otros como El Porvenir en un lamentable estado de abandono (Ferrocarriles de M.Z.A, Andaluces y Puertollano-Peñarroya-Fuente del Arco). Los que como yo no conocíamos la zona, nos impresiona ver la extraordinaria riqueza de arqueología industrial aunque está totalmente descuidada.
Con respecto al blog "Los trenes de Peñarroya" sería muy interesante plasmar los antiguos trazados ferroviarios con sus variantes en uno o varios mapas actuales de la zona Peñarroya-Belmez para podernos hacer una idea de la situación y su emplazamiento. He visto también los restos de un ferrocarril minero que cruzaba el río Guadiato y conserva las pilastras únicamente, desconozco su recorrido.
Sobre la línea Córdoba-Belmez se han publicado varios trabajos, aunque en este momento solo recuerdo los de los números 221-222-223-224 de la revista Maquetren.
Enhorabuena por el blog.
Un cordial saludo.
José Manuel Seseña
http://historias-matritenses.blogspot.com.es/
Hola Jose Manuel
EliminarMe alegra que te haya gustado el blog. Yo también viajé ayer en el tren y fue una experiencia única.
Respecto a los trazados y puntos singulares de la línea, tienes toda la razón. Tengo la intención de ir desarrollando, poco a poco, itinerarios, trazados y demás documentación gráfica sobre el asunto. Las pilastras que vistes, ciertamente, pertenecieron a un ferrocarril minero. Quiero hacer una entrada en el blog sobre él, pero no he conseguido encontrar, de momento, ningún documento. Bastante enigmático. Sólo he localizado la mina a la que llegaba, pero tan siquiera se que mineral se transportaba.
Gracias por indicarme los números de Maquetren en los que se han publicado cosas sobre el Córdoba-Belmez.
Tus opiniones me animan a seguir trabajando en este espacio web.
Voy a añadir un enlace al blog de Historias Matritenses, en el que veo que colaboras.
Un cordial saludo.