Muy a mi pesar, cada vez voy tomando más conciencia del grado de desertificación demográfica que padece España fuera de las grandes y medianas urbes. Y en el ámbito de las líneas históricas de ferrocarril, la cantidad de antiguos asentamientos obreros que se encuentran abandonados y desperdiciados. Por ello me resulta muy grato tener noticias de lugares como Almorchón, en donde sigue habiendo vida.
Hace unos días tuvimos noticia del encendido de las luces navideñas gracias a la Asociación de Vecinos de Almorchón. Se trata de una agrupación ciudadana nutrida por más de 200 personas que año tras año luchan por la mejora de este histórico poblado ferroviario. Las luces fueron instaladas por el Ayuntamiento de Cabeza del Buey, localidad pacense a la que pertenece Almorchón. Feliz Navidad.
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